“Nadie puede ser libre a menos que sea independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad individual del niño deben ser guiadas de tal manera que a través de esa actividad el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia»
María Montessori
El método Montessori se basa en cuatro principios básicos:
1. Mente absorbente
2. Periodos sensibles
3. Ambiente preparado
4. Actitud de la Guía Montessori
La mente absorbente de los niños
La mente de los niños posee una capacidad maravillosa y única: la capacidad de adquirir conocimientos absorbiendo con su vida síquica. Lo aprenden todo inconscientemente, pasando poco a poco del inconsciente a la conciencia, avanzando por un sendero en que todo es alegría. Se les compara con una esponja, con la diferencia que la esponja tiene una capacidad de absorción limitada, la mente del niño es infinita. El saber entra en su cabeza por el simple hecho de vivir.
Se comprende así que el primer período del desarrollo humano es el más importante. Es la etapa de la vida en la cual hay más necesidad de una ayuda, una ayuda que se hace no porque se le considere un ser insignificante y débil, sino porque está dotado de grandes energías creativas, de naturaleza tan frágil que exigen, para no ser menguadas y heridas, una defensa amorosa e inteligente.





El ambiente preparado
Se refiere a un ambiente que se ha organizado cuidadosamente para el niño, diseñado para fomentar su auto-aprendizaje y crecimiento. En él se desarrollan los aspectos sociales, emocionales e intelectuales y responden a las necesidades de orden y seguridad. Las características de este Ambiente Preparado le permiten al niño desarrollarse sin la asistencia y supervisión constante de un adulto.
El diseño de estos ambientes se basa en los principios de simplicidad, belleza y orden. Son espacios luminosos y cálidos, que incluyen lenguaje, plantas, arte, música y libros.
El salón es organizado en áreas de trabajo, equipadas con mesas adaptadas al tamaño de los niños y áreas abiertas para el trabajo en el suelo. Estanterías con materiales pertenecientes a dicha área de desarrollo rodean cada uno de estos sectores. Los materiales son organizados de manera sistemática y en secuencia de dificultad.



Los períodos sensibles
Éste es el nombre que la Dra. Montessori puso a los períodos de la edad en que el niño demuestra capacidades inusuales en adquirir habilidades particulares, ya que es cuando atrae el interés del niño a una parte específica de su ambiente. Ayuda a estas sensibilidades que el niño desarrolla normalmente y que adquiere las características necesarias para su desarrollo en un adulto.
Ejemplos de los periodos sensibles son:
La lengua en los primeros años, entre los uno y tres años.
Sentido del orden, entre los dos y tres años.
El período sensible para adquirir la escritura, entre la edad de tres y cuatro años.
Para la sensibilidad a la palabra que conducen a la lectura de los números, entre los cuatro y cinco años.
Los períodos sensibles para el niño varían individualmente y son aproximados, pero por todos pasan y nunca regresan. En la escuela media, según la Dra. Montessori, las habilidades básicas se enseñan en gran parte después de que sus períodos sensibles hayan pasado.






Las actitudes de la Guía Montessori
El adulto es el acoplamiento entre el niño y el ambiente preparado, y su meta es ayudar al niño a ayudarse. Dejando al niño saber que es él quien debe amarse y respetarse, el adulto ayuda al niño a construir la confianza en uno mismo. El niño debe estar libre, moverse y experimentar en el ambiente; el papel del adulto es únicamente señalar directrices. Las guías tienen un papel fundamental ya que deben transmitir conocimientos y formar a los alumnos.
Las guías deben:
Despertar en el niño su independencia e imaginación durante su desarrollo.
Generar en él autodisciplina, bondad y cortesía.
Guiar al niño para que éste aprenda a observar, a cuestionarse y a explorar sus ideas de forma independiente, motivando su interés por la cultura y las ciencias.



